He masticado la vida tal cual me ha tocado, sin embargo, a veces caigo inmerso en un vertiginoso/turbulento viaje de introspección y remembranza, donde no hago más que cuestionarme cayendo inmerso en un lagar de tribulaciones donde no hace más que traerme una ola de sentimientos turbios, lúgubres y cenagosos.
No hago por tanto esperar terminar con esta sensación, donde
quedo sin nada y siento que mis arcas de fortuna se están terminando –llámenme pesimista,
sí- en el lugar donde más afortunado me
sentía. Mi energía se termina cuando todos dicen que estoy empezando a vivir mi
vida, sin embargo, mi mente está decrépita y harta de urdir formas de salir
triunfante en un mundo de titanes mitológicos.
Mi alma se quebranta. Será un buen año...
Luis Figueroa Jacob © |
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